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Alicante ciudad del arroz

diciembre 29th, 2017 Publicado por Blog 0 comentarios de “Alicante ciudad del arroz”

Un clima agradable, bellas playas, atractivos edificios, exquisita gastronomía… Hay muchas razones para visitar la provincia de Alicante y la ciudad del mismo nombre. Hablemos de sus principales atractivos y descubre qué convierte a Alicante en la ciudad del arroz.

Turismo en Alicante

La temperatura media de la provincia es de 18 grados centígrados, con veranos cálidos (pero no demasiado), inviernos prácticamente inexistentes y unos trescientos días de sol al año. Como puedes ver las condiciones climatológicas no suponen ningún obstáculo para visitar Alicante cualquier día del año.

Esto, aunado a sus más de doscientos kilómetros de playas, acantilados y calas, convierte a Alicante en un destino ideal para la relajación y los deportes acuáticos. Conoce los mejores puntos de la Costa Blanca, nombre con el que se le conoce al litoral alicantino.

Las mejores playas de la provincia

Cada año, millones de personas visitan Alicante atraídos por sus magníficas playas. El Cura es una de las mejores. Además del sol y el mar, posee lo necesario para pasar un buen rato: chiringuitos, música en vivo, artistas que realizan esculturas de arena.

Cuando llega el verano, miles de turistas colman Las Marinas, con sus quince kilómetros de rocosas calas y playas de arena. En algunas zonas, se necesitan recorrer varios metros mar adentro para alcanzar aguas profundas. Tales condiciones naturales la convierten en un lugar ideal para las familias, particularmente las que tienen niños pequeños. Asimismo, entre marzo y octubre se dan las mejores temperaturas para la práctica del kitesurf y el windsurf.

Al norte de la Costa Blanca se encuentra La Granadella, considerada por los que la visitan como una de las más entrañables de España. Se trata de una pequeña playa (de doscientos veinte metros de ancho) de aguas cristalinas con tonalidad turquesa. Los pinos y acantilados de la bahía del mismo nombre le ofrecen una protección natural contra el viento y, como consecuencia, contra el oleaje elevado. Este es, por tanto, un sitio seguro para los bañistas de cualquier edad. Lo que hay debajo de la superficie marina también es increíble. El colorido de la flora y la fauna mediterráneas capta el interés de buzos y submarinistas.

Otras playas rodeadas de calas son las de Levante y Poniente. Las montañas resguardan la costa de los vientos más fríos, lo que permite disfrutar de una temperatura cálida durante todo el año. Como Las Marinas y La Granadella, ambos puntos son seguros para toda la familia. Los que se están iniciando en la vela y el parapente encontrarán en estas playas, pertenecientes al centro turístico de Benidorm, el lugar ideal para practicarlos. Por otro lado, la de Levante, en especial, es idónea para recorrerla a pie mientras disfrutas de la espectacular salida del sol.

También puedes encontrar excelentes playas y calas sin salir de la ciudad de Alicante. Las mejores son la de San Juan, la de la Almadraba, la del Postiguet, La Alburereta, las del Cabo Huertas y la de la Isla de Tabarca. Muchas de ellas han sido reconocidas con la Bandera Azul, galardón que otorga la Fundación Europea de Educación Ambiental a las playas y puertos que se destacan por informar, educar y cuidar a los visitantes; garantizar la calidad del agua y la integridad del ambiente y del ecosistema; contar con un plan de emergencia en caso de que ocurra un accidente o desastre ecológico; y ofrecer servicios sanitarios y de agua potable con facilidades para las personas discapacitadas.

En las playas de la capital tendrás la oportunidad de alquilar embarcaciones de motor y de vela, así como motos acuáticas. También puedes practicar actividades como el surf, la pesca deportiva y el esquí acuático.

Una región llena de arte, historia y cultura

El turismo en Alicante no se limita a conocer los atractivos naturales. La provincia tiene mucho más con qué sorprenderte.

Uno de los edificios emblemáticos es el castillo de Santa Bárbara, que se alza sobre el monte Benacantil, a ciento sesenta y nueve metros de altura. Construida durante la Edad Media, es una de las fortalezas más grandes de la España de aquella época. Desde el castillo es posible divisar la espectacular bahía de Alicante, una vista de la que disfrutan millones de visitantes al año.

En lo que respecta a los museos, uno de los más importantes es el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante. Cuenta con un conjunto de obras de arte de artistas nacionales y extranjeros, tales como Chagall, Chillida, Dalí, Joan Miró, Kandinsky, Manolo Millares, Pablo Serrano, Picasso y Vasarely.

Otra colección que tienes que conocer es la del Museo de Bellas Artes Gravina. Exhibe lo mejor de la pintura y la escultura de los artistas locales. Tales manifestaciones artísticas datan del período comprendido entre el siglo XVI y la primera mitad del siglo XX. La exposición abarca cuatro plantas del Palacio del Conde de Lumiares, uno de los edificios con mayor valor histórico y artístico de la ciudad.

Galardonado con un EMYA (Premio del Museo Europeo del Año) en 2004, el Museo Arqueológico Provincial cuenta un acervo de hallazgos arqueológicos provenientes de diferentes partes de la región. El recinto recorre parte de la historia de las civilizaciones alicantinas desde la Edad de Piedra hasta la Edad Moderna.

Las actividades acuáticas, tan comunes en una provincia que colinda a lo largo de muchos kilómetros con el mar Mediterráneo, también merecían un espacio en su honor. Por eso, en junio de 2012, se inauguró el Museo de la Volvo Ocean Race, una construcción de dos plantas que explora la historia de la regata que le da nombre al museo. Los participantes de este evento deportivo de talla internacional, realizan un recorrido alrededor del mundo en una embarcación de vela. Es un certamen que lleva más de cuatro décadas celebrándose.

A solo tres kilómetros del centro de la ciudad, hay un yacimiento arqueológico que despierta interés en los amantes de la historia y la cultura. Aún se pueden apreciar los restos de Lucentum, una antigua ciudad romana que existió en la zona antes de la fundación de Alicante.

Es de esperarse que en una urbe con más de mil años de antigüedad converjan distintos estilos arquitectónicos. Varias de sus construcciones son monumentos en sí mismos. Tal es el caso de la antigua Fábrica de Tabaco, un edificio del siglo XIX convertido hoy en el Centro Cultural Las Cigarreras; la Sala de Exposiciones La Lonja, construida a principios del siglo XX, pero con el estilo de las edificaciones árabes de otros tiempos; el Ayuntamiento de Alicante, que nos remonta al estilo barroco de hace trescientos años; el modernismo valenciano del Mercado Central y la Casa Carbonell, inaugurados en 1911 y 1925, respectivamente; y el Teatro Principal, cuya fachada neoclásica nos traslada al siglo XIX.

Los edificios religiosos merecen mención aparte. La Basílica de Santa María, en existencia desde el siglo XIV, tienen un sobrio aspecto gótico. La Concatedral de San Nicolás, construida durante el siglo XV, posee el estilo del renacentismo herreriano. La influencia del barroco de hace más de doscientos años tampoco podía faltar, y el Monasterio de Santa Faz es uno de sus mejores exponentes.

Si eres de los que aprecian un buen vino o quieres conocer el proceso de obtención de esta bebida, puedes concertar una cita para visitar una de las muchas bodegas abiertas al público. Te sugerimos que recorras la Ruta del Vino, comprendida entre Vinalopó y Marina Alta, pasando por la capital. El enoturismo te brinda la posibilidad de degustar los mejores productos delicatessen, relajarte en espacios naturales y hospedarte en hoteles fascinantes y románticos. Es un itinerario que te encantará emprender en compañía de tu pareja.

¿No puedes resistirte a la tentación de disfrutar de un buen chocolate? Entonces dirígete al municipio de Villajoyosa, ubicado a solo treinta kilómetros de la capital. En las fábricas y museos de Chocolates Pérez, Valor y Clavileño descubrirás la historia de los chocolateros de la región y aprenderás cómo se elabora este producto, en algunos casos, como el de Chocolates Pérez, de forma totalmente artesanal.

Lo mejor de la gastronomía alicantina

Alicante es también una tierra de tesoros culinarios. La mezcla cultural de las diversas civilizaciones que han habitado esta región a través del tiempo ha influido en la gastronomía local. El clima templado y seco, así como la cercanía con el mar también son factores que han impactado de forma decisiva en la cocina alicantina.

Los olivos son una de las plantas autóctonas más populares. Sus aceitunas se utilizan para elaborar variedades de aceite de oliva virgen extra muy apreciadas, como la Alfafarenca, la Arbequina, la Blanqueta y la Rojal. De las almazaras de la provincia salen aceites con distintos tipos de frutado, ideales para preparar toda clase de ensaladas y platos gourmet. Por otro lado, los cultivos surten a los mercados locales de ajos, arroz, alcachofas, berenjenas, cebollas, granadas, habas, lechugas, melones, naranjas, peras, piñones, pimientos, tomates, sandías y uvas, entre otros productos de la tierra.

Gran parte del sabor excepcional de la comida alicantina se debe a sus peculiares aderezos. Es habitual encontrar anís estrellado, corteza del árbol de la canela, pimienta de Jamaica, semilla de cardamomo, y vinagre balsámico y de vino blanco en las cocinas de los restaurantes y de muchos hogares. Incluso la sal, tan utilizada por todos nosotros en la preparación de la mayoría de los platos, tiene diversos matices en esta región. Se extrae del Mediterráneo y se mezcla con distintos ingredientes. Las sales más solicitadas son las aromatizadas con café, finas hierbas, limón, naranja y vino tinto.

La sal marina también es utilizada para la preparación de los famosos salazones de pescado. Lo que surgió como un método para conservar en buen estado los productos del mar es ahora una tradición culinaria. Una gran cantidad de especies marinas se someten a este proceso: el arenque, el bacalao, las huevas y la sardina son algunas de ellas. Y diferentes partes del atún son aprovechadas para obtener salazones: las más usadas son la ventresca y el lomo (empleado en la elaboración de la mojama).

Quienes disfrutan de los productos frescos del mar hallarán aquí justo lo que buscan. De las aguas mediterráneas se extraen una gran cantidad de pescados y mariscos: almejas, anchoas, bacalaos, calamares, cigalas, doradas, gambas, langostas, lenguados, lubinas, pulpos, quisquillas, salmonetes, sardinas, sepias y otros manjares. Por su parte, la carne más consumida es la de cerdo, cordero, pollo, conejo y perdiz.

Los granos, frutas, verduras, pescados, mariscos, ganado y condimentos antes mencionados son los componentes clave de la cocina provincial. Con ellos se elaboran platos tan apreciados como la gachamiga, la fideuá, los gazpachos, la borreta de bacalao, la pericana, el aspencat, la sepia a la plancha, el trigo picao, las pelotas de panizo, el capellán con tomate, las habas con tonyina de sorra, los caracoles en salsa, etc.

Alicante también cuenta con una próspera industria vinícola. La provincia tiene todas las características que se requieren para trabajar con diferentes tipos de uvas. Las variedades más sobresalientes son Airén, Alicante Bouschet, Bobal, Cabernet Sauvignon, Chardonnay, Macabeo, Merlot, Merseguera, Monastrell, Moscatel de Alejandría, Petit Verdot, Sauvignon Blanc, Tempranillo y Verdil. No es tan difícil comprender por qué los vinos salidos de las bodegas provinciales son tan exquisitos.

Ahora bien, si el plato fuerte y las bebidas son deliciosas, el postre también debería de serlo. Gracias a las almendras, la miel y la mermelada, la oferta repostera alicantina cumple con nuestras expectativas. Sin lugar a dudas, el dulce más popular de todos es el turrón. Puedes encontrarlo en distintas presentaciones. Por toda la capital encontrarás pastelerías y heladerías así como en Xixona, una de las cunas de este dulce tan navideño. Especialmente, el centro de Alicante aglomera una gran cantidad de comercios en los que se vende toda clase de dulces típicos. Te recomendamos probar la coca boba, los dátiles y los frutos secos. ¡Deliciosos!

Alicante ciudad del arroz

Un elemento presente en una gran cantidad de platos alicantinos es el arroz. Los lugareños han convertido la preparación de este cereal en un arte. Hay tantas recetas de arroz que un individuo podría disfrutar una distinta cada día sin repetir la misma comida durante casi un año. Queda claro por qué Alicante es la ciudad del arroz.

Determinar cuál es el mejor arroz de Alicante resulta casi imposible. Si nunca has visitado la provincia, te costará trabajo entender cómo este grano puede despertar tantas pasiones entre los lugareños. Cada zona tiene su propia variante. Además, es un elemento imprescindible en la mayoría de los restaurantes de la provincia, igual que en el nuestro.

Los ingredientes que acompañan a los arroces alicantinos dependen de la presentación elegida. La forma de cocinarlos tampoco es igual todo el tiempo. Gran parte del sabor del arroz alicantino proviene del fondo en el que se cocina. A pesar de la innumerable cantidad de recetas existentes, el caldo siempre incluirá este elemento principal.

En primer lugar tenemos el caldo de pescado. Se obtiene al calentar en agua pequeños pescados de roca conocidos como morralla. Además se le pueden agregar otros productos extraídos del mar. La olla con todos los ingredientes se deja en el fuego hasta que el pescado esté en su punto, teniendo cuidado que no llegue a desbaratarse debido a la cocción excesiva.

Por otro lado, tenemos el caldo de montaña, llamado así porque se prepara con productos ajenos al litoral. En este caso, la carne y los huesos utilizados para impregnar el caldo y acompañar el arroz proceden, principalmente, del cerdo, el pollo y el conejo.

Otro componente importante de los arroces alicantinos es la salmorreta. Consiste en una mezcla de ajo, tomate, ñoras, perejil y pimentón, triturados o no, que se incorporan a la cazuela y se sofríen con el arroz justo antes de agregar el caldo.

Es imposible enumerar todas las recetas en este artículo. Por eso, nos enfocaremos en algunas de las más populares.

Arroz a banda

Es un plato que se cocina en dos etapas. En primer lugar, se cuecen pescados de roca, galeras o cabezas de pescados junto con ajo sofrito y ñora. Después de servir el guiso resultante, se cocina el arroz en el mismo caldo. Por lo tanto, este históricamente se come aparte del pescado. Muchos suelen acompañar esta comida de allioli. Se han creado interesantes variantes del arroz a banda. La que en un tiempo fue considerada la comida de los pobres contiene, en algunos casos, pescados y mariscos muy selectos.

Arroz negro

En una cazuela de barro o de paella se cocina morralla, ajo finamente picado, cebolla sofrita, sepia partida en cuadros, tomate machacado, perejil, un poco de vino, gambas y calamar con todo, incluida su tinta. A continuación, se agrega el ingrediente principal: el arroz. Cuando está listo, se pueden utilizar rebanadas de limón, tiras de pimientos o gambas sin pelar como decoración. Y para acompañar, nada mejor que una pequeña porción de nuez y allioli. La tinta del calamar le da al arroz su color negro y sabor característico.

Arroz con costra

Dejando a un lado los ingredientes marinos, nos desplazamos tierra adentro para descubrir un arroz cuya característica primordial es la costra que cubre toda su superficie. Dicha cobertura se crea agregando huevo batido justo antes de que el arroz termine de hornearse. El resto de los ingredientes varía dependiendo de la comarca o ciudad de donde provenga. Puede incluir botifarrón, longaniza, conejo o garbanzos. Se acostumbra condimentar el arroz con azafrán y ajos secos, y el huevo con ralladura de nuez moscada o de limón.

Arroz del señoret

Su nombre coloquial hace referencia a las características de los mariscos que acompañan al arroz. Las gambas y las cigalas están peladas y los mejillones vienen sin concha. De esta manera, los señoritos y señoritas no tendrán que ensuciarse metiendo las manos al plato. Incluso la sepia y el rape vienen cortados en pequeños trozos.

Disfruta de los mejores arroces alicantinos en El Capricho de Raquel, ubicado en la playa Urbanova. Te aseguramos que quedarás enamorado de nuestra tierra mediterránea, nuestras gastronomía y en especial de Alicante ciudad del arroz.